jueves, 3 de noviembre de 2016

Redacción: resultaba claro que podía analizar la situación desde diferentes puntos de vista.

Iba deprisa caminando por la calle. Obviamente llegaba tarde, y a nuestro jefe no le gustaban los retrasos. Pero había perdido el tren y me había tocado hacer un poco de ejercicio. Cuando traspasoé los controles de seguridad que había antes de la sala de reuniones me enteroé de que teníamos que discutir el caso de una niña, cuyos padres habían muerto debido a un asesinato. Nada más entrar la vi, allí, sentada en una silla mientras que lloraba lentamente.
La reunión comenzó al poco tiempo y acabamos de comenzar cuando descubrimos que el destino de la chica estaba en nuestras manos. Sus opciones eran escasas, debido a que solo podíamos elegir entre tres opciones: dar la custodia a su tío y tía, que estaban separados y que eran famosos por sus discusiones con agresiones incluidas; sus abuelos, que estaban retirados y probablemente no estaban capacitados para hacerse responsables de lo que le pasara a la niña o mandarla a un orfanato, dónde viviría con jóvenes de en su misma situación.
Era una decisión difícil porque resultaba claro que podíamos analizar la situación desde diferentes puntos de vista y no queríamos que le pasara nada malo. Empezó ella a hablar, y por la expresión de su cara podía deducir que lo había pasado realmente mal. Nos contó lo que pasó y cómo veía las opciones elegidas por el juez. Ninguna parecía agradarle y se le notaba que estaba muy preocupada por cómo su futuro iba a desarrollarse. Cuando terminó de hablar rompió a llorar, y no me extrañaó, porque no parecía nada reconfortante tener que rememorar eso sucesos.
Luego empezó el juez, marcando los pros y los contras de cada una de las posibles vidas que la niña iba a tener que vivir, empezando por los tíos, que no eran una buena idea alternativa porque a este paso iban a tener un final trágico. Lo bueno, la cercanía de estos a la hija y la proximidad de su casa al colegio en el que ella estudiaba.
Después se habló de los abuelos, idea que parecía buena en un principio pero que se fue torciendo a medida que se debatía sobre ellos. Ancianos, alejados del colegio, discapacitados… en resumen, nada tentador. Y por último, la idea del orfanato, que era buena por la presencia de niños que habían pasado por la misma situación que ella, pero mala porque dejaba su colegio y no tenía contacto con el resto de su familia.
El juez le volvió a pasar el testigo a la niña que propuso la idea de que se fuera a vivir con la familia de su mejor amigo, que se había presentado voluntaria para cuidar de ella, en caso de que no encontraran a nadie y la chica quisiese. La idea era espléndida y fue la que se llevó a cabo.

A lo largo de los años, recibimos visitas suyas, en las que nos contaba, lo contenta y lo cómoda que estaba viviendo con su mejor amigo. Ya con el trauma detrás ella siguió a delante y empezó a trabajar en recursos humanos?? para ayudar a la gente y aportar ideas y soluciones a los problemas de las personas, porque ella no quería que nadie pasase por el mal momento que pasó ella.

1 comentario:

  1. La historia que cuentas no está mal escrita, salvo que no utilizas bien los tiempos verbales y aparece un presente cuando estás contando cosas del pasado. El tema es banal, no le das trascendencia, parecen opciones de movimientos de fichas de parchís sin ningún trasfondo emocional. No sabemos por qué la protagonista se encuentra en esa situación y pasas de puntillas por la vida de los tíos y los abuelos.

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