lunes, 15 de diciembre de 2014

Stanley C Gutierrez                                       Día Amarillo                                          4 ESO B


La  mañana fría.  Típica del sitio.  No se veía ninguna luz. El silencio de las calles te daba miedo. Las casas destruidas por el bombardeo de anoche.  Cristales rotos por el suelo que hacían un "crac" cuando los pisabas.  Todos sentimos tristeza cuando lo vimos.  Nuestro país, otra vez en guerra.  Era la segunda Guerra Civil de España.

El sargento apuntó con la mano al sitio al que quería que fuéramos.  Tres de nosotros fuimos.  Yo en el medio,  Estábamos seguros de que había soldados comunistas escondidos entre los escombros esperándonos como el gato al ratón, y que solo atacan cuando es el momento adecuado.

No teníamos mucha munición y solo unas cuantas granadas entre todos.  Veíamos la bandera de Los Rebeldes, la nuestra, media rota.  Nos enfurecimos tanto  que podíamos matar hasta cien hombres. Vimos que alguien se estaba escondiendo detrás de una pared casi derrumbada.  Yo inmediatamente disparé y él cayó como una mosca.  De repente salen de sus escondites y nos disparan.  Tuvimos suficiente tiempo para ponernos a cubierto.

Tiramos unas cuantas granadas a un edificio y se derrumbó matando a varios enemigos.  Mataron a varios de nosotros hasta que mi compañero tiró la última granada.  Mataron a los dos que estaban a mi lado,  Venían a por mi.  Decidí abandonar al ejército para salvar mi vida. Hasta ese punto, no sabía cuánto afectaría mi vida.

domingo, 14 de diciembre de 2014

Hace 7 años que vivo en Londres, vivo con mi familia. Soy una persona a la que no le gustan los cambios. Me dan miedo, pienso que lo voy a pasar fatal, pero siempre hay que probar las nuevas experiencias. Antes vivía en España, allí tenía mi familia, mis amigos, mi escuela, mi hogar. Allí me sentía cómoda y muy apreciada. Solamente había un problema, que no veía casi nada a mi madre. Ella trabajaba todos los días incluido fines de semana hasta las 11. Siempre estaba con mi padre y mis abuelos. A veces tenían que hacerse cargo de nosotros y venir a buscarnos al cole.

Hace 9 años una mañana del lunes alrededor de las 12, pensaréis  que ya hace mucho, pero para mí es como si fuese ayer, estábamos viendo la tele y llamaron a la puerta. Eran mis padres, nos tenían que dar una noticia. No valía la pena saberlo Fue muy duro saberlo, a mi padre le habían detectado un cáncer de colon. Aunque era muy pequeña, bueno 6 o 7 años, pasaba tanto tiempo con mi padre, que para mí, fue supuso una gran tristeza.

Mis padres en ese momento necesitaban mucha ayuda, pero para eso estaban los amigos y sobre todo, la familia. Muchas veces los amigos nos llevaban al cine y a su casa a jugar y a pasar un buen rato, mientras a mi padre le trataban la enfermedad. Éramos 4 hermanos, siempre nos apoyábamos unos a otros, y nos cuidábamos mutuamente.

Entonces no comprendí hasta que punto aquello afectaría a mi vida y a mi visión del mundo. Mi padre era muy importante para mí además en esos años siempre pasábamos el tiempo juntos. No podía aceptar ese cambio, me  parecía que mi padre había desaparecido de mi vida.


Después de unos años cuando mi padre se estaba recuperando, mi madre decidió venir a vivir a Londres. Todos muy asustados pero vinimos para aprender el idioma. No ha sido muy difícil adaptarse a la ciudad ya que veníamos solíamos a visitarla a menudo. Gracias a mis padres soy feliz de cómo y dónde vivo.



Por Carla Pérez Escamilla

jueves, 11 de diciembre de 2014

e sienEntonces no comprendí hasta qué punto aquellos afectaría a mi vida y a mi visión del mundo dijo mi amigo.                                                                                                                                         “(Bang) ¿Por-qu me das un puñetazo? me pregunta.                                                                                                                                   “En Inglaterra tenemos un dicho ‘talk like twatget punched like a twat’, ¿entiendes?”                           “Eso no tiene mucho sentido”                                                                                                                                                                                               “(Bang) "Tío cállate si no te meto más hostias” Entonces mi amigo se calla y se sienta en el sofá viendo la tele con la cara de que me quería matar. Yo intente explicarle que así es el sistema, todavía no lo comprende y me pregunta, ¿Por qué se hace?, yo le respondí.”Por los monos” él todavía confundido y me pregunta qué tienen que ver los monos con nuestra situación. Entonces yo le expliqué.                                                                                                                                                 Un experimentadoinvestigador  mete a cinco monos en una aula, en la parte superior hay unos plátanos a los que no podían llegar los monos y debajo de los plátanos hay una escalera. Inmediatamente lo ven los monos y uno sube la escalera. Cuando está subiendo el experimentador investigador echa agua fría por todo la  el aula, mojando a todos. Los sienta en el suelo por un tiempo y la tentacion era demasiado grande y otro mono se sube, se repite el agua. Cuando el tercer mono sube el resto le baja y le empieza a pegar. Un mono se quita del aula y se reemplaza con otro mono. Cuando intenta subir el nuevo mono le pega al resto de los monos, sin saber lo que va a pasar. Cuando se reemplaza el segundo mono e intenta subir la escalera y los monos le pegan, incluyendo el nuevo mono. Al final del experimento ninguno de los monos originales se quedaba. A pesar de que ninguno de los monos se mojaron de había mojado con el agua fría, aprendieron que nunca había que ir por los plátanos.                                                                                                                              “Ahora lo entiendo” dijo mi amigo                                                                                                             “Pues claro, te lo acabo de explicar”                                                                                                                    “Ya me aburro, ¿Qué hacemos?”                                                                                                  “¿PlayStation?”                                                                                                                                                    “Claro”                                                                                                                                               Empezamos a jugar el  la PlayStation, lencendemos y jugamos con doble pantalla, fuimos en la lista del menú y elegimos dominación. Yo claramente soy mejor que mi amigo osea que voy solo matando a los enemigos para mi equipo. Mi amigo reaparece cada vez que muere y está usando el sniper, intentando mejorar, pero yo pienso que no le pega. Yo estoy allí tranquilamente sacando bloodthirsties y headshots mientras mi amigo muere sin mates. Me siento mal por él y le ayudo un poco, disparando y destruyendo los enemigos, todavía no les mata, le recomiendo usar otra pistola. Como el L-SAT o una pistola que le conviene. Empieza a jugar más o menos bien osea que le dejo en paz y aumento mi ratio de mates y muertes. Al final de partido ganamos 200-144, gracias a mí, mi amigo murió 43 veces con 11 mates, yo claramente con 54 mates y 12 muertes. No quiero más PlayStation osea que la apagamos y salimos afuera. Hacía frío y entramos a casa otra vez.                                                                                        Fue un día muy productivo, aumentó mi experiencia de PlayStation mi amigo sabe más de los monos.
Hecho por Vaughn Sutton-Cleaver
El Fantasma Vengativo
Mi nombre es Max soy o era, más bien dicho un hombre de grandes negocios. Era el mejor en ese ámbito, era el más rico, el más conocido, hasta que un día me desperté y me di cuenta de que la gente, ni siquiera me miraba, bueno, a eso no  le di mucha importancia. Lo que sí que me dejo alucinado fue llegar al trabajo como hacia todos los días y darme cuenta de que nadie me miraba, o ni siquiera me saludaran. Yo fui a preguntarle a mi secretario, qué había pasado, pero ni caso.
Ese día estuve todo el día dándole vuelta a lo que me podría haber pasado, hasta que me di cuenta de que podría estar muerto, pero no podía ser, no me sentía muerto.
Fui a comprobarlo a las tumbas donde siempre dije que quería ser enterrado y entonces no comprendí hasta que punto, aquello afectaría a mi vida y mi visión del mundo.
No me lo podía creer,- ¿de verdad estaba muerto?-Me pregunté. Y vi a toda mi familia poniendo flores sobre mi ataúd.
Al principio A medida que fue pasando el tiempo y descubrí el de  nombre de mi asesino y su dirección, decidí que iría a por él, para tomar venganza vengarme y decidir considerar después si iría al cielo o al infierno.

Hecho por Diogo Nogal

domingo, 30 de noviembre de 2014

Hugo Villar Valls 4ºESO A -Sueños

      «Entonces no comprendí hasta que punto aquello afectaría a mi vida y a mi visión del mundo.»

      Hola, me llamo Hugo, soy un niño de 15 años proveniente de Gandía, y ex remero del RCNG (Real Club Náutico de Gandía).

      Todo comenzó con una semana de sueños entrelazados entre ellos y, sobretodo muy raros. Allá vamos:
      «En la fría noche, cuando el viento se barría por la solitaria noche, aullando como si de una bestia se tratara, camino por la zona de compras para entretenerme con algo mientras los demás duermen, con la sensación de que alguien me observa, así que decido sentarme en un banco de madera para intentar relajarme y despejar mis sentidos de dicha sensación. Los listones parecen ceder. Un crujido se escucha en el ambiente en el que solo se oye el viento anteriormente mencionado sonido del silencio.
      Aquello que creía sentir, no era fruto de mi imaginación, pero no era "alguien", sino "algo". Una especie de lechuza muy grande y del color de la luna que brillaba con todo su esplendor esa noche a esas horas de las noches.
      La lechuza se dirigió a mí diciéndome, "la soledad acabará contigo, aguarda su llegada", acto seguido comenzó a gritar con su escalofriante voz como si fuera la propia muerte la que hablaba por ella.
      
      Yo mientras tanto, me encontraba confuso tratando de asimilar que una lechuza me acababa de hablar, pero también asustado por el tenebroso grito que salía de aquella ave.»
      De repente, me desperté con la voz de aquella lechuza aún en mi mente, cuando el reloj aún marcaba las 03:00h. Parecía mentira que hubiera pasado tan poco tiempo y que se me hubiera hecho tan eterno el sueño.

      A la mañana, horas más tarde, le conté lo ocurrido a mi madre mientras me vestía para ir a mi entrenamiento diario de remo. Sin prestar más importancia, mi madre me dijo que me dejara de tonterías y me tomara la leche que ya tenía preparada. El resto del día lo pasé normal, como cualquier otro día. Llegué a casa muy cansado, después de un duro entrenamiento preparatorio para una regata nacional muy importante con apenas unas horas de sueño, ya que me tuve que levantar temprano. Pensé en acostarme en el al sofá donde creía que caería desmayado, pero en lugar de eso, me fui a dar un baño donde para relajarme y poder limpiar el sudor resultante del entrenamiento. A la tarde, para divertirme un poco con mis compañeros de remo, decidoí  quedar para dar una vuelta por la famosa playa de Gandía. 
      Pero como siempre, inevitablemente, llegó la noche y me fui a dormir temprano para contrarrestar las horas de sueño perdidas.
      Para asegurarme de dormir bien y sin pesadillas, me acosté pensando en lo bien que me lo pasaría el día siguiente remando, pero esto ¿no mi segundo sueño?, al contrario, lo favoreció, ya que es en el propio club donde se desarrollan ¿las acciones en este sueño?. Pasemos a contar este sueño:
      «Aparezco en la entrada del club al que pertenezco, y al pasar por el lado de junto a la piscina situada en la entrada, veo un puesto donde venden algodón de azúcar, así que, como hoy llegaba casi una hora antes del inicio del entrenamiento, decido comprar uno.
      La dueña es una señora de avanzada edad, que te daba una caja sorpresa que no debías abrir hasta que llegara el momento.
      Le doy 1,50€ que era lo que valía el algodón de azúcar, y me da la caja correspondiente, pero inexplicablemente me devuelve el dinero, aprovechándome de ello, y como era un sueño había que disfrutarlo, decido comprar un helado para después aliviar el calor, y me da una segunda caja que decía que no debería abrir esta caja nunca. Yo no daba crédito a lo que acababa de ¿leer?, ¿por qué me iban a regalar una cosa que no podía abrir?
      Decidí abrirla y vi la cabeza degollada de la lechuza del anterior sueño. La señora al verlo, se santiguó y me dijo, "la has pifiado chaval, ahora márchate de aquí antes que tus desgracias me afecten a mí."
      No le di demasiada importancia, así que me dirigí a la rampa por la que desembarcábamos. Resbalé. Mi entrenador me ató muy fuerte con una manguera con la que limpiábamos los botes para evitar la acumulación de sal. Mi otra entrenadora, bajando el carro con el que desembarcábamos otra embarcación, aceleró con la intención de aplastarme con el carro, y justo antes de que impactara contra mi cabeza, me desperté justo antes de que las ruedas impactaran contra mi cabeza.»
      Esta vez el reloj marcaba las 04:37h. Decidí ducharme para prepararme para el entrenamiento correspondiente a aquel día y seguir la rutina.

      Pasaron tres días sin más sueños, pero el cuarto, cuando ya me había hecho las ilusiones de haberme librado de aquellos sueños tan extraños, volvieron para atormentarme una tercera y última noche más.
      «Esta vez estaba en Málaga, donde conseguimos el tercer puesto en el Campeonato de España, sabía que era titular en el bote y debía prepararme con antelación, pero no encontraba a ningún compañero, así que decido coger una moto negra para buscarlos. El mundo esta silenciado. No se oye ni la voz del viento que se oía aquella primera noche intentando atormentarme mientras paseaba. La moto no se mueve. Parece que se mueve el alrededor.
      Cuando por fin encuentro signos de vida y en concreto, a mis compañeros, veo una forma similar a una cara maligna en el interior del agua. Mis compañeros ya estaban en el bote, ¡sin mí!
      Decido nadar en su búsqueda, para como mínimo poder desearles suerte y que dieran lo máximo, ya que aún estaban suficientemente cerca como para alcanzarlos, pero al entrar en el agua, noto que "algo" me sujeta del tobillo impidiéndome nadar, y tras ver pasar mi vida entera por delante de mis ojos, me hundí.»
      Este último día me desperté a las 03:17h con una situación sensación de agonía inmensa en mi cuerpo.

      «Entonces no comprendí hasta que punto aquello afectaría a mi vida y a mi visión del mundo.»
      
      Estos horribles sueños tienen un núcleo muy bonito y especialmente importante para mí, y es que en todos los sueños aparezco solo, sin la compañía de mi familia ni de la gente de remo, en la cual encontré mi segunda familia, lo cual, me hizo reaccionar y valorar mucho más a estas personas tan importantes para mí.




Hugo Villar Valls, 4º ESO A

domingo, 23 de noviembre de 2014

ANGEL  WITH A SHOTGUN-C.A.B
-Gabriel una paloma mensajera ha (falta grave) llegado del otro lado de la frontera.- miré hacia atrás para observar al que consideraba mi único amigo desde que llegué.- Tiene su nombre.
Me puse en pie y las grandes alas blancas con destellos azules que cargaba en mi espalda acariciaron el suelo en el camino hasta la puerta donde esperaba la carta. La tomé y me volví a sentar en el mullido suelo. Entonces no comprendi hasta que punto aquello afectaria a mi vida y a mi vision del mundo.
-Gracias.-Me quedé solo en esa extraña estancia, que se había tenido que acostumbrar a llamar hogar.
Hacía tiempo que no sabía del mundo humano por culpa del nido de demonios, que creaba una barrera por la que se puede entrar, pero no salir,   "Las puertas del cielo" o así lo llaman.
-Tchs... Puertas del cielo... tan solo me separan de ti… ¿quién me mandaría morir tan joven?
A muy temprana edad me habían mandado a la guerra por mi habilidad con las espadas. Pero un simple humano no puede contra un ejército.
Abrió la carta sellada por el simbolo de la mujer, quién podría haber llegado a ser una buena esposa y madre de mis hijos. En ella la joven Evangeline rogaba al cielo que me devolviera a su regazo, para poder abrazarme, que aunque solo fuese un día se conformaría. Y esa plegaria decidí que sería la última, me vestí y cogí mi espada de interior negro y  hoja de diamante, una hoja tan afilada que podria cortar un demonio por la mitad con solo un leve giro de muñeca. Corrí hacia la puerta y salté al vacío cayendo en picado y justo antes de entrar al la barrera extendí las alas irradiando luz en mi frenada. Miré lo que iba a ser mi lucha.
-¡Gabriel! ¡no!- me gritó una voz acelerada y asustada, miré hacia atrás sabiendo quien era, mi único contacto con el exterior aqui.
-Lucian, voy a ir.
-Quédate, por favor, por mi, por seguir vivo, no te alejes de mi lado.- comenzó a llorar, estaba derrumbado ante mis pies, desde donde me situaba podía verle temblando con sus pequeñas alas encogidas..- No te vayas...- susurró entre sollozos.
-Yo... quiero vivir no sólo sobrevivir.- me arrodillé y le cogí la cara para poder verle una vez más.
-No lo hagas...Dicen que: "antes de ir a la guerra debes saber porque peleas" ¿Realmente te merece la pena?- el podría tener también un aspecto joven pero solía hablar como un hombre ya experimentado.
-No ves que ella es lo único que tengo.
- No vas a volver, no te dejaran, y aunque lo hagan no duraras más de un día en el mundo humano, desaparecerás, Gabriel.- Sus ojos brillaban empapados por las lágrimas, apretó la mano que había posicionado en su cara y negó, sus pupilas se habían encogido y el color dorado de sus ojos pedían compasión.
-Lucian, me da igual no poder volver a entrar, si el amor es una batalla entonces debo morir.
-Entonces voy contigo, me desharé de mi fé con tal de protegerte , si amor es lo que necesitas, tu soldado seré .- se levantó y vi arrodillado en el suelo su mano refulgir rodeada de diminutos rayos a juego con sus ojos.
-Gracias, nunca entendere por-qué haces tanto por mi.
- Потому что я люблю тебя
- No entiendo nada.
- Ni falta que hace.-Tomé aire y me coloqué a su lado.-¿Preparado?.-Necesité un momento para ver y escuchar a todos esos demonios agonizando dentro de aquel aura negra que detenía gran parte de la luz antes de responderle.
-Si.-levante la espada posicionándose detrás de mi antebrazo, siempre he tenido un forma peculiar de coger las espadas.
Me volvi a lanzar en picado pero esta vez al interior de ese monstruo negro que me separaba de la libertad, el olor a ceniza y a hollín me inundó los pulmones haciendo que quisiera vomitar, nuestros primeros enemigos llegaron desde abajo una banda de aves negras con picos infectados de dientes ¿?, blandí la espada hacia ellos y fui a atravesarlos. Una de las dos filas fue atravesada y desintegrada por mi espada, las otras dos restantes las las destruyó con un simple relámpago, al  parecer a los demonios no les sienta muy bien la luz y siendo así las cosas él será un imprescindible aliado.
-Sigamos adelante, con deshacerse de los demonios del camino es suficiente, si nos desviamos tardaremos meses.- tan solo asentí y seguí andando en la delantera.
"No vas a morir por mi culpa Lucian...Te voy a proteger" caminé con más precisión en ese viscoso suelo negro con destellos rojos, después de varias horas volvimos a tener compañia Lucian habia vuelto a serme de gran ayuda, así seguimos durantes días o eso creo que fueron, aquí ni sale ni se pone el sol, llegamos a la salida se veía ya una puerta por la que todos de pasamos antes de llegar al cielo aunque en sentido inverso es bastante más doloroso y complicado.
-Buena Medianoche señores.- Un tipo bastante apuesto con traje negro y corbata roja apareció patinado hacia atrás sobre sus zapatos por el viscoso y pegajoso suelo como si nada. Estábamos todos dentro del halo de luz que emitía la puerta."nunca habría imaginado que habría más ángeles aquí".- Que iluso no soy un angel.- dio un latigazo al aire con una cola terminada en flecha que habia escondido detrás de su espalda, la cogió y se la acercó a la boca antes de guiñarle el ojo a Lucian.-¿No ves que soy un demonio?- Sonrió y dejo ver todos sus dientes afilados como cuchillas.- dientes afilados, cola terminada en punta, ojos con el color de la sangre y pelo tan negro como hollín que habeis estado tragando estos días.-Parecía reírse de nosotros.- Sabéis para que estoy aquí, ¿no?- se acercó a mi oreja y empezó a susurrar.- unos pasan, otros no, tú pasas...- note su aliento aun mas cerca, me quede helado, entonces mordió fuerte y noté cómo unas lineas de fuego me recorrían el cuerpo, la oreja me quemaba, fui a tocarla instintivamente, ese trozo infectado se desintegró. Luego miró a Lucian preso del pánico- ¡Tu no!- estiró su mano y un cuchillo apareció entre unas sombras negras que fueron desapareciendo en cuestión de segundos.- ¿Preparado? 3,2,1... Ya.- salto hacia mi único amigo mientras que el preparaba una carga de rayos en su mano,se  la lanzó al estomago del demonio pero el la sorteo y con las mismas le clavó el cuchillo por la espalda atravesandole el corazón, dio una vuelta en el aire impulsandose con ayuda del mango clavado y cayó grácilmente sobre el suelo, se sacudió el traje y me miró.- una lastima lo de tu amigo era muy guapo, te quería, demasiado incluso, preo ya sabes vive joven muere joven. Yo de ti iría a por esa amada tuya que te espera entre los humanos antes de que el veneno te desintegre por completo.- Estaba paralizado no sabía si llorar y abrazarme a Lucian o correr y ver a la persona por quien hice este camino.-¡Corre!- me dijo con voz fantasmógorica y abriendo mucho los ojos. Le hice caso y salí por la puerta.
-Menudo idiota en cuanto le toque el sol mundano se desintegrara...-"todavía me queda sangre en los dedos" me chupe los dedos mientras volvía entre mi gente para seguir atormentándolos, sus gritos de terror me daban la vida, me saciaban, me divertían sencillamente me llenaban. Respire hondo este hedor tan hogareño antes de sentarme en el trono hecho (falta muy grave)de la sangre roja y viscosa que cubría el suelo y con un chasquido empecé a poner a mis demonios a trabajar."Me gusta mi trabajo"

lunes, 17 de noviembre de 2014

Redaccion de lengua castellana


Redacción de lengua

Pablo Power 4.ESO.A

Yo siempre he querido tener una vida buena, para mí esta es la única que tendré y es mi intención ir escribiendo mi historia con las mínimas intervenciones malas ¿intervenciones de qué p de quién?, me gustaría recorrer mi camino con desemboque al desembocando en el mar, y nunca tener que importarme preocuparme de en qué estado estaría a su fin  ¿qué fin?.

Así es, pues que un día estábamos ¿quiénes? caminando por esas calles miserables de la ciudad en que vivía y note una presencia que aún no había sido interpretada por mis otros sentidos ¿qué sentidos?, un frío y miedo se apodero de mi y de repente un mano fuerte me sujeto el hombro y antes de poder reaccionar, me encontré con un bolsa negra de plástico cubriéndome la cabeza impidiéndome ser  concientecia de lo que ocurría. Después de eso ya no me acordé de nada. No sé cuánto tiempo más tarde retuve conciencia mal expresado, noté que estaba en algún tipo de vehículo y que sentí dolor por todo mi cuerpo, todo estaba a oscuras y la verdad es que no me atreví a aprender más "aprender" ¿qué? y tampoco tenía la fuerza física, entonces más detalle no puedo contar o explicar mal redactado, solo que después de eso me dormí hasta que llegué al lugar al que me llevaban.

Cuando llegamos me dejaron ver. Contemplé que la gente que me habían capturado se quitaban las balaklava que cubrían sus cabezas. Violentamente con empujones y patadas me conducieron condujeron a un edificio grande feo, de cemento, donde iba estar sirviendo como instrumento de utillaje y placer el resto de mi vida. Creo que la persona que leerá esta carta ¿ahora es una carta? ya conocerá  se imaginará bien lo que iba a pasar después. Entonces comprendí hasta que punto eso afectaría a mi vida y mi visión.

viernes, 14 de noviembre de 2014

Lágrimas (carta a la vida)

Él iba dando vueltas por la nueva casa sin saber bien lo que buscar o lo que hacer. Subió a ver esas antiguas y rústicas habitaciones de las que tanto había oído hablar. Empezó a revolver por los baúles cuando de entre el polvo y los trastos sacó una vieja carta que decía:
"Querida mía, simplemente quería darte las gracias. Las gracias por todo lo que me has enseñado y por todo lo que has sacado de mí. Desde mi primer respiro hasta el último suspiro, todas y cada una de las mañanas y tardes y noches que has pasado a mi lado, todas mis sonrisas, todas mis miradas, todo yo. Nunca he podido dejar de quererte, incluso cuando he intentado no hacerlo; has hecho de mi alguien grande. Has convertido mis días grises en días soleados, mis días aburridos en aventuras intrépidas; has convertido mis sentimientos en palabras y mis lágrimas en fortalezas. Todo lo que me has enseñado me ha servido, desde el pequeño detalle hasta el gran momento; me has ayudado a escribir mi historia y a terminarla, a poner punto y pasar página, a leer capítulos sin noción del tiempo y a frenarme lentamente hasta parar. Y son tantas las veces que me ha acompañado el silencio mientras por dentro deseaba ansiosamente hablarte, tantas que creo que no lo echaré de menos. Y a aquél que me dijo que en el mundo hay mucha gente pero pocas personas... ¡a aquél le debo mil tesoros!; lo más grande que he tenido son ellos, mi familia y mis amigos, mis estrellas que no brillan por fuera pero sí por dentro. Ellos me han ayudado a retomar mi rumbo  y a tener a quien querer en este mundo,  a mirar al miedo de frente y no dejar que el dolor me oprima, a admirar la valentía y a odiar la cobardía. Si pudiera yo darte algo a cambio... Me has hecho creer que los sueños sí se pueden hacer realidad, que siempre va a quedar algo de esperanza e ilusión en uno mismo, que nuestras sombras son el falso reflejo de lo que somos: nosotros tan resplandecientes y ellas tan oscuras y esquivas.  E incluso en mis peores momentos has estado allí, melancólica y dolida, marcando cicatrices y dejando huellas. Has estado cuando me he sentido solo y desesperado, nostálgico y odiado, derrotado por mi propia incertidumbre; has estado presente con todas mis amadas pero siempre por encima de ellas; has estado cuando la envidia y el egoísmo han superado a mi fe. ¿Pero sabes qué? No me arrepiento de nada. Por ti me he dado cuenta de que pensamos demasiado y sentimos muy poco, que a veces duelen más las palabras que los golpes; por ti he aprendido que el dinero no paga la felicidad y la alegría aunque lo intente, que el odio y el amor se apoderan de nosotros sin dar explicación y que el placer y la pasión son pasajeros. No quiero despedirme de ti, tengo tantas cosas que contarte que hasta me faltan las palabras. Me siento afortunado de que me hayas dedicado todo este tiempo y me hayas hecho sentir único en este mundo; me siento orgulloso de haber por fin encontrado mi camino en ti después de perderme tantas veces, de haber luchado por un futuro y haber conseguido mi principal objetivo: el no perderte. No puedo cumplir mi promesa puesto ya no doy más de sí y  estas son las últimas palabras que diré antes de volverte a ver quién sabe cuándo ni dónde.  Mi lúcida y bella Vida, gracias por siempre haberme hecho ver el brillo entre mis escombros, por haberme hecho libre de mi mismo y gracias por haber estado siempre a mi lado a lo largo del camino. Espero que la distancia no se interponga entre nosotros, pero por muy  duro que sea  y me mate, sé que lo superaré porque te juro, te juro que nunca jamás me voy a olvidar de ti.  Mi amada, mi querida, mi todo, mi Vida, gracias por haberme hecho llorar riendo y reír llorando.
Atentamente: Yo"

El chico dejó caer la carta arrugada sobre el mismo baúl. Un cúmulo de emociones y pensamientos le invadieron dejando su cara petrificada y sorprendida.  Y fue entonces cuando no pudo comprender hasta que punto aquello afectaría a su vida y a su visión del mundo.

jueves, 13 de noviembre de 2014

PSICOMANIAC -CREEPYPASTA-

TODO TIENE UN MOTIVO
No recuerdo muy bien como fué, yo todavía era un bebe, pero investigue mucho y creo que conseguí hacerme una idea de lo que pasó. Aunque realmente es tan evidente como un elefante rojo en medio de una carretera, mi boca, ese es el problema, bueno más bien ese no es el problema, porque no tengo. Todo esto es complicado de explicar, pero tranquilos, lo iréis entendiendo poco a poco.
Sería más o menos el año 1997, en septiembre u octubre, ya que hasta diciembre no salió la primera noticia sobre mí. Ahora tengo 16 y realmente puedo cuidarme solo pero en aquel entonces no era más que un bebe si apertura bucal. Me abandonaron en una calle y quiero suponer que fue algo así:
Estaria lloviendo, creo, sería de noche, seguro, nadie abandona a un crio por el día.
-No puedes hacer eso, solo es un recién nacido morirá si le dejas ahí.- desearía pensar que alguien luchó por mí, aunque fuese solo durante un segundo.
-Es un monstruo ¿no lo ves?Será un peligro para la familia y solo come carne cruda, ¿realmente crees que puede haber algo bueno en él?- supuse que diría eso porque me dejó varios paquetes de carne, lo único bueno que han hecho por mí en mi corta vida.
Un poco después mi madre acabaría por enseñarle mi rostro a la otra persona, la cual saldría huyendo desesperada. Éste debía ser el dueño de un bar en la esquina donde me 'crié' o abandonaron o como quieras llamarle.
Más tarde se me acabaría el alimento, pero antes de eso casi el mundo entero sabría de mi. La gente se acercaba a la caja de cartón esperandose un gato callejero que pudieran llevar a casa y decir algo así como: "¡Que ricura!", pero no era asi, se encontraban conmigo. Yo no soy tan feo, de hecho la gente piensa que soy bastante guapo cuando me tapo la no-boca, pero eso es ahora que sé como esconderla, siendo un bebe solo puedes llorar entre gritos de la gente. En ese momento le cogí miedo a las personas, hasta que al final mi mente empezó a ir mal, ya no veía caras, solo monstruos, gente con varios ojos o muchos dientes o cualquier cosa que en ese momento mi cerebro quisiera imaginar. Esto comenzó a los 4 años, desde entonces tengo plena consciencia de lo que hago. A partir de ese momento tuve diferentes tipos de sentimientos, pero todos con algo en común: miedo, me moría de miedo, de echo yo solía ser moreno pero el estrés me volvió el pelo blanco. Imagina que todos los días lo único que pasara por delante de tus ojos fueran monstruos gritandote y corriendo. Debo mencionar que también odio el sonido, creo que es comprensible, mi cabeza tiene varios esquemas uno de ellos es este:
Sonido = Monstruos
Tambien recuerdo el hambre, creo que eso era peor que el miedo. Tener hambre me hace irracional, comía cualquier cosa que los monstruos dejarán tirado en la calle, cualquier resto de comida me valía. Una vez estuve sin comer 4 días, fué un mes duro, la gente no había tirado nada por mi zona en esos cuatro días y no quería salir del callejón. El quinto día mi cuerpo no paraba de temblar, me daban arcadas y ya empezaba a verme los huesos, los ojos me pesaban mucho y estaban deseando decirle adiós a este maldito mundo. 'Adi...'faltó poco para terminar la frase, pero una niña de mi edad, mas o menos, cogida a un monstruo, se paró frente a mi aterrorizada y vomitó antes de salir corriendo. Me lo comí. Estaba amargo y sabia fatal. No había nada de carne, aun así era la primera comida caliente que comía desde hace demasiado. Después de ver la reacción de la niña me busqué un trapo para taparme la mitad inferior de la cara.
Me moví de calle, los monstruos empezaban a dejar de mirarme y bueno, realmente era eso lo que quería. De vez en cuando alguno me miraba y se reía de mi '¡Mirar, mirar ese chaval está desnudo!' Al principio no me molesto, pero a los ocho años empecé a estar harto, así que busqué ropa. Encontré una chaqueta extremadamente grande, con un corte,donde deberían estar las costillas, que estaba un poco manchado. Más tarde comprendí que era sangre, con ella estuve hasta que empezó a no ser tan grande, así que busqué hasta encontrar unos pantalones oscuros con los bajos desgastados, estos tenía que sujetarlos con una cuerda de plastico, que tambien encontre en el suelo, me solía poner la capucha y andar entre lo mounstros para intentar acostumbrarme, pero lo unico que hacia era pasarlo peor, empecé a tener fallos cardiacos y tuve que tomar unas pastillas azules que se llamaban "Caramelos" o algo así, no se exactamente, ya que aunque conservo el bote la pegatina se habia hecho trizas. Lo seguí intentando, caminaba un poco y luego salía corriendo y me subía a cualquier tejado en cuanto tenía la mínima oportunidad. A los 12, unos chavales me vieron salir corriendo y fueron detras mio, yo no me di cuenta hasta que intenté subir al tejado y me cogieron del pie, me tiraron contra el suelo y se me reventaron las narices. Me limpié e intenté escapar de nuevo, ese día sí que pasé miedo, luego recordé a la gente gritando y corriendo cuando me veían la cara. Me quité la capucha y me metieron un puntapié en la barbilla para poder verme bien.
-Eh, mira Mike, pero si es un niño de papá, mira que carita de buenazo, aunque esa ropa... ¿Que pasa? ¿te has escapado de casa?-Quitó el pie y me di con la barbilla en el suelo. Esta vez intenté quitarme el pañuelo para asustarlos y que se fueran. Ellos me cogieron la mano antes de que terminase.- ¿Que te pasa solo sabes gruñir y llorar? Vamos a ver si quitándote el pañuelo se te oye gritar.- terminaron de deshacer el nudo y me vieron, pero no tuvo el efecto que yo quería.- ¡Anda! pero si tenemos aquí al bicho raro de las noticias, ¿te acuerdas? Venga saca el móvil, le grabamos dándole un paliza y seguro que sacamos una pasta.- miré totalmente atemorizado la patada que se avecinaba, noté que algo se rompía en mi estomago, siguieron hasta que empecé a no poder respirar bien, pasé la lengua por mis puntiagudos dientes cerrados y saboreé toda la sangre que se habia acumulado.
Había tenido suficiente de esa gilipollez. Aguantar a los monstruos esos ya no era uno de los esquemas de mi mente, ahora era distinto:
Monstruo = Matar, Aniquilar, Desgarrar.
Giré la cabeza para que me pudieran ver bien. Empecé a separar las mandíbulas hasta que se empezó a desgarrar la carne, dejando ver mis dientes. La sangre que había acumulado se juntaba con la sangre que desprendía la herida. Estaban paralizados, sólo temblaban, ni siquiera podían correr. Sonreí mientras toda la sangre coagulada caía rompiendo las pocas hebras de carne que quedaban por romperse.
Recuerdo que me estaba volviendo totalmente irracional, empecé a reirme de ellos, de hecho sigue haciéndome gracia ver a todos esos monstruos, que cada vez más tienen cara de persona, paralizados y atormentados sin apenas voz ni fuerza en la piernas para seguir de pie.
-Buh-dije con mi voz quebrada.Cayeron al suelo al instante y seguí con mis carcajadas- Madre mía... ¿oshabéis visto? sois tan patéticos....- incliné la cabeza hacia un lado- Os...voy..a...co...mer.- les cogí la cabeza y la estampe contra el suelo. Toda la sangre brotó manchando la acera.- A comer.
Jugar con la comida es divertido

Redacción Gabriela Villa

“Sé que no he sido un padre perfecto, aunque para ser honesto hasta hace poco no me había dado cuenta. Mi tendencia ha sido darte todo, casi más de lo que me podía permitir, lo hacía pensando en mis carencias y por qué no decirlo, en mi satisfacción de pensar que de esa manera era mejor padre. Suena fuerte ¿verdad?, he tardado 53 años en verlo. Pero por lo menos me dado cuenta porque hay quien permanece ciego siempre.
Hija mía, solías echarme la culpa de lo mal que te iba. Y lo poco que te iba bien es mérito tuyo, ¿no te parece que algo no encaja? Estos días he aprendido que en toda relación, todo lo que pasa, para bien o para mal es al 50%, es decir, es cosa de dos. Nunca toda la responsabilidad ni toda la culpa es del otro. Incluso aunque yo te hubiese malcriado, tú siempre podrías haber reaccionado de otra manera.
He intentado enseñarte a disfrutar en el amor, a confiar en ti misma, a enfrentar tus miedos, a entusiasmarte con la vida, a que pidas ayuda cuando la necesites, a tomar tus propias decisiones. Quisiera estar seguro de que aprendiste a decir o callar según tu conveniencia, a que consigas tus propios méritos, a ser consciente de tus sentimientos y a actuar en consecuencias. Quisiera estar seguro hija mía de que aprendiste a poner límites, a aguantarlos, poner asumir más riesgos, a aceptar cambios, y sobre todo a planear un futuro.
Me gustaría hija mía que todos aquellos consejos que te daba y aquellas veces que te advertía sobre lo bueno y lo malo, te lo tomes enserio, porque la vida no es una obra de teatro que puedes repetir la misma escena hasta que te sale bien. La vida es un regalo, aprovéchala hasta el último instante que puedas.
Que no se te olvide nunca. Eres lo que más quiero en este mundo. Con diferencia
Besos hija.
Tu padre.”
Entonces no comprendí hasta que punto aquello afectaría a mi vida y a mi visión del mundo. Esa es la carta que me había entregado mi madre horas después de morir mí padre, ya hacía un mes que mi padre había muerto, apenas salía de mi habitación para ir al colegio. Del colegio a casa y así sucesivamente. Apenas dormía, mi plato de comida se quedaba lleno, parecía un fantasma.  Mi madre estaba igual que yo o peor, todas las fuerzas que tenía las usaba cuando estaba conmigo para hacerme sentir mejor, pero no lo conseguía…
*Una semana después.
Me encontraba en mi habitación recordando las palabras que mi madre me había dicho “Hija he estado pensando y no podemos seguir así, he pensado en que nos podríamos ir por un tiempo como unas vacaciones para despejarnos de todo lo sucedido”. Al final de la charla le dije a mi madre que sí, no quería ver a mi madre sufrir mas y yo también necesito despejarme de todo.
Despues de toda la tarde haciendo maletas llego el momento de irnos, nuestro destino era en Holmes Chapple Inglaterra, iríamos a una casa que había alquilado mi madre.
Al llegar a la casa empecé a explorarla, subí las escaleras y fui a la habitación del fondo, allí se encontraba una habitación, con una cama de matrimonio y un armario. Lo que más me impresiono de esa habitación fue al mirar al techo había una cuerda y al estirarla me aparecieron unas escaleras, al subir me encontré con una buhardilla. No era muy grande pero tenía una ventana en el techo donde se podía apreciar el cielo. Sin duda esa sería mi habitación, allí tendría momentos de paz sin que nadie me molestara.
Pasaron los días, y apenas salía de la casa, no conocía a nadie y el colegio aún no había empezado. Una tarde mi madre me mando a hacer la compra ya que ella se tenía que ir. Iba por la calle mirando a los alrededores cuando vi un pequeño parque. Era muy bonito, tenía columpios, un tobogán y una caja de arena, no era mucha cosa pero los alrededores estaban llenos de árboles y bancos para sentarse, la verdad parecía un sitio muy acogedor. Me senté en un  banco y empecé a pensar en todo lo sucecido estos meses, estaba metida en mis pensamientos cuando un chico se acerca a mí “¿Te encuentras bien?” me preguntó, yo lo mire y asentí con la cabeza. Se sentó a mi lado y empezamos a hablar, pasó un rato y empezó a llover, el chico me tapó con su chaqueta y empezamos a correr hacia mi casa. Al llegar le agradecí por todo y nos prometimos vernos en el parque cada día a la misma hora.
Mi madre al llegar a casa me regañó por no haber hecho la compra. La verdad no me importo mucho, no podía esperar a mañana para voler a ver al chico.

Pasaron los meses y ese chico y yo nos hicimos inseparables. Dicen que después de la tormenta viene la calma, él sin duda ha sido mi calma porque sin él hubiese estado él me hubiese ahogado en la tormenta.

jueves, 30 de octubre de 2014

Reddación Castellano Andrew Hutchison 4 ESO A

  Entre los escasos momentos de placer, y los largos ratos sufriendo los efectos secundarios de, la sustancia maligna, la única frase que giraba en torno a mí eran las siguientes, 'Entonces no comprendí hasta que punto aquello afectaría a mi vida y a mi visión del mundo'. Estas palabras revoloteaban alrededor de mi mente como una pluma en un huracán, y en estos instantes terribles en los que estaba momentáneamente consciente de mi situación, y también consciente de los acontecimientos que pasaron hacía solo tres años, solo los recuerdos me hacían llorar, pero no podía llorar. No tenía suficiente agua en mi cuerpo para eso, la sustancia maligna se había ocupado de eso.
Lo recordaba todo como si hubiese pasado ayer. Hace ya tres años, un bonito día de verano, un chico, imposible de conectar con el desastre que era ahora, capitán del equipo de rugby y con media de ocho en casi todas mis asignaturas, se encontró con una chica. Ya ni recuerdo su nombre, pero si lo supiese, sería el objetivo de mi rabia. Aquel día fue cuando la pequeña burbuja de mi vida empezó a fragmentarse, y al explotar dejaría tras si solo dolor y daño. La chica era muy atractiva y me sedujo.
Pronto me encontré rodeado más y más por gente con la que no debería estar y cada vez más y más alejado de mi familia y mis amigos de verdad. Amigos de verdad. Otro termino insignificante para mí. En el momento no sabía y no entendía lo que estaba pasando, Pero me sentía bien. Me sentía popular. Era el chico que sacaba buenas notas, era el capitán de mi deporte y además iba a todas las fiestas y me lo pasaba genial pero era arriesgado, demasiado arriesgado.
La droga me arrancó la vida. Todo lo que quería, lo que deseaba y mi futuro desvanecido en una nube venenosa. Mis medias bajaron, mi eficiencia deportiva, efecto de años de entrenamiento tirados a la basura.
Empeoré aún más. Mi salud física dejaba mucho que desear. Los efectos de la droga eran devastadores.
Un frio increíble empieza a llenar mi cuerpo y lo necesito, lo necesito tanto pero mañana pararé, lo prometo. Mañana pararé. Y entonces olvidé hasta que punto aquella sustancia había afectado a mi vida y mi visión del mundo. Y el ciclo volvió a empezar...

sábado, 25 de octubre de 2014

Kattya Vanessa Freire Gavilanes              4 ESO A    

                                   Un Cambio Inesperado

Todo ocurrió esa noche del 31 de octubre, pero antes de contaros lo que sucedió esa noche  me gustaría empezar por el principio. Yo no tenía muchos amigos excepto Carolina, ella y yo nos conocíamos desde nuestra infancia y habíamos sido mejores amigas desde entonces. Tampoco éramos muy populares pero no era algo que queríamos ser. Éramos las típicas amigas que estudiaban juntas, iban a casa juntas y veían pelis mientras comían pizza. Nuestras vidas eran muy normales, no había nada que destacase en ellas, pero todo cambio esa noche...

Era un día de colegio mientras volvíamos del colegio a casa, Carolina me pidió que le ayudase a buscar algo en el bosque. Yo acepté ya que no tenía mucho que hacer por la tarde y era mi mejor amiga. Cuando nos reunimos en el bosque para que me contase qué es lo que estaba buscando. Me explico que ella había oído rumores en el colegio sobre un cuerpo que se hallaba en el bosque de una chica desaparecida. No me entusiasmaba mucho la idea de ir en busca en medio de la noche de un posible cadáverpero ya que ella no tenía a nadie más que le pudiese acompañar en esta búsqueda o investigación de crímenes, me uní. Eran las 12 de noche y en el cielo se podía notar la presencia de una luna llena, la oscuridad iba cubriendo todo el bosque, podía oír desde lejos los aullidos de los lobos. Nos habíamos separado para poder cubrir más terreno, saqué el móvil de mi bolsillo para avisarle a mi madre de que llegaría tarde a casa pero como era de esperarse no me contestaba,seguramente se habría quedado dormida. Cuando metí el móvil en el bolsillo note una luz brillando desde detrás de un árbol, me acerque hacia ella para ver de dónde procedía y qué hacia ahí. Mientras caminaba noté que la luz se había separado en dos, eran como dos ojos y la luz era azul, de repente mientras apartaba el arbusto que estaba bloqueando la luz salió un animal y me derribó. Caí inconsciente en el suelo, lo último que pude ver fueron sus dos ojos azules. Había perdido todos mis sentidos, estaba en un profundo sueño del que no podía escapar, todo era negro sentía mucho frío, cuando perdí la esperanza de la posibilidad de despertarme oía una voz llamándome, gritando mi nombre. Di un último suspiro y recupere mis sentidos, ahí estaba Carolina llorando desesperadamente pensando que yo había muerto y que podría haber sido todo su culpa. Le pregunté que por cuánto tiempo había estado inconsciente ella limpiándose las lágrimas de sus ojos me contestó:
- Han pasado cinco horas desde que perdiste la consciencia, tu corazón había parado de latir y no estabas respirando. ¿Qué te pasó?
- La verdad es que no me acuerdo de nada por más que lo intento no puedo. Lo único fue esos dos ojos de color azul creo que eran de un lobo.
- Es imposible los lobos ya no viven en esta ciudad, desde hace más de 75 años no habido ningún lobo por este área ¿estás segura que no estabas soñando? 
- Ahora mismo no sé qué pensar, lo único que sé es que quiero volver a casa. Mi madre debe de estar muy preocupada por mi.
- Tienes razón es mejor dejar esta búsqueda para otro día.

Estaba muy confusa con lo que acababa de suceder. Subí hacia mi habitación y cuando me mire en el espejo vi una marca en el lado de mi estómago algo similar a un mordisco,  salía sangre de esa herida pero no me dolía. Pensé que era mejor dejarlo y ver qué es lo que pasaría. Entonces no comprendí hasta que punto aquello afectaría a mi vida y a mi visión del mundo. Al siguiente día al llegar a clases Carolina me preguntó si me encontraba bien y al enseñarle el mordisco que tenía en el estómago noté que mientras me levantaba la camiseta vi como el mordisco había desaparecido y no había ningún rastro, huella o marca de lo que había estado ahí. Carolina pensaba que estaba alucinando en ese momento pero yo sabía lo que había visto, me resultaba extraño que algo tan grande hubiera desaparecido así en la nada. Intenté no pensar en ello y concentrarme en mi vida y seguir adelante con ella pero no podía porque cada vez que intentaba olvidarme de lo sucedido los recuerdos de esa noche volvían hacia mi mente

Había pasado un mes desde esa noche y la verdad es que todavía me acordaba de ella como si hubiese ocurrido ayer, pero tenía que despejar mi mente para ese fin de semana. Muchos exámenes se acercaban para el final del trimestre, le pedí a Carolina que viniese a pasar el fin de semana en mi casa para estudiar. Había algo que le estaba ocultando a ella y al resto del mundo, pero porque sabía que ellos no me creerían ni tampoco quería darle mucha importancia. Mis sentidos del olfato, vista, oído habían mejorado, era mucho mas rápida y fuerte, podría ser que me lo estuviese imaginando pero podía oír conversaciones lejanas y sonidos como los de la sirena o un lápiz cayéndose al suelo mucho más alto que antes. Igualmente intente concentrarme en los estudios para este fin de semana y no iba dejar que nada me lo impidiese. Cuando llegó la noche salí sin darme cuenta a dar un paseo por el bosque, mi subconsciencia me llevaba hacia allí mi cuerpo no me respondía hacia mis deseos. Y cuando la luna llena llegó fue cuando me transformé en lo inesperado, en lo inimaginable, en lo que todo el mundo pensaba que era un mito y no existía, en lo que ningún otro ser humana podía, en lo sobrenatural, un lobo.

miércoles, 22 de octubre de 2014

Redaccion castellano Ernesto de Julian i Garcia:.


REDACCION DE CASTELLANO:

     .EL IMAGINERO.

Amanecía en Kelbut, un pequeño pueblo al norte de Francia, Marco se levantó con indecisión hoy era su gran día , el más importante de toda su vida y él lo sabía. Bajó a la cocina donde su madre preparaba el desayuno.

-Buenos días- dijo su madre sirviendo el bol de leche.
-Buenos días- repondió él medio bostezando mientras se disponía a tomar su desayuno.

En ese instante bajó su padre con aire serio y a la vez pensativo.

-¿Estás listo?- preguntó este desde la puerta.
-Sí.

Ambos salieron de casa y empezaron a caminar en dirección a la casa del maestro de obras. Durante el camino no mediaron palabra. A los cinco minutos divisaron una morada, grande, con un amplio jardín lleno de plantas y con grandes y frondosos árboles. Su padre llamó a la puerta y enseguida salieron a recibirles.

-Pasad, el resto de los asistentes ya están dentro- afirmó un hombre mayor que parecía ser el criado.

Este les condujo hasta una gran habitación donde se encontraban todos los miembros de la logia. El maestre inició el discurso:

-Sed bienvenidos y con esto damos la reunión por empezada. El motivo de esta es claro: aceptar a Marco como nuevo miembro de la logia. ¿Todos de acuerdo?

El resto de los presentes asintieron.

Bien, dicho esto procederemos a la adjudicación de tu destino que será Venecia donde se está construyendo una nueva catedral y necesitamos que a la vez que ayudas en su construcción como imaginero, averigües ciertas cosas relacionadas con esta. ¿Serás capaz?

-Sí- afirmó Marco algo confuso.

-Bien pues ve a tu casa y recoge tus cosas, partirás mañana al alba y con esto doy por concluida la reunión.

En ese instante, Marco no comprendió hasta qué punto aquello afectaría a su vida y a su visión del mundo.
Marco recogió sus cosas y a la mañana siguiente emprendió el camino acompañado por dos miembros más de la logia. No llevaban mucho tiempo caminando cuando un grupo de asaltantes los sorprendieron. Eran hombres armados y entrenados en el arte de la guerra contra los que tres obreros poco podían hacer.

-!Quitadles sus pertenencias y apresadlos¡- exclamó el que parecía ser el cabecilla.

El resto de los asaltantes obedecierton. Una vez apresados, los asaltantes empezaron a caminar hacia el nordoeste en dirección al mar. Tras tres días de caminata parando sólo para dormir, llegaron a Vorges, un pequeño pueblo donde según había oido Marco se frequentaba el tráfico de esclavos. En Vorges, se dirigieron a una gran casa donde finalmente se detuvieron. El cabecilla, Lennie, Marco había logrado averiguar esto durante el trayecto, entró y tras unas horas salió con un hombre cuya sola presencia atemorizaba. Este les miró y afirmó:

-En dos horas partiréis como esclavos al sur de África, os embarcaréis en mi barco.

En ese instante el miedo se apoderó de Marco.

-Esclavo, a África.... es peor incluso que la muerte- pensó.

Transcurridas las dos horas, tres hombres vinieron a buscarlos y los subieron al barco donde los pusieron a remar. El barco avanzaba con lentitud debido a las corrientes, y un hombre golpeaba a los esclavos para que remaran mas rápidamente.
De repente, un hombre intentó sublevarse pero sin éxito, momento de incertidumbre que Marco aprovechó para arrojarse al mar y dejar que las gélidas aguas del Atlántico decidieran su destino.


Ernest de Julián i García 4ºA.