Y en ese momento, me quedé estupefacto. Resultaba claro que podía analizar la
           situación desde diferentes puntos de vista, pero de cualquier manera en que me lo planteaba,                siempre acababa en un callejón sin salida.
                 Tener que elegir entre vida y muerte es algo bastante reciente para mi; de hecho, nunca
           me ha ocurrido. Tampoco es que esta sensación de "heroísmo" me cause mucho placer, pero
           por lo menos tengo una excusa para no estar en la universidad.
                 Escuchaba como sus pasos se acercaban e instantáneamente sentí la adrenalina cursar correr por mis venas.
                 El miedo es una cosa algoque afecta a todo tipo de gente y de todo tipo de maneras. Está el                  miedo a la oscuridad o a las alturas, que limitan las cosas que haces en tu corto periodo de                    tiempo en este planeta, y de vez en cuando hace que tu corazón se salte un latido, pero eso
           es solo señal de que estás vivo.
                  El miedo que en este momento siento es más de película de terror; cuando sabes que vas
           a ser apuñalado, pero te arriesgas de todas formas. Intento pensar en lo que hacer, pero es
           como si alguien me hubiese robado la última neurona, y puedo escuchar el latido de mi
           corazón, y siento el sudor rodar por mis mejillas, mis manos se agitan tanto que parecen el
           epicentro de un terremoto, y sé que soy un idiota por no haberla creído la primera vez que me
           lo dijo, pero aún así, encuentro la fuerza para levantarme de mi escondite y echar una mirada
           al otro pasillo.
                   A medida de que me levanto siento apoyarse en la corona de mi cabeza la misma pistola
           con la que la mataron, y sé que mirar hacia atrás no me vale de nada porque ya sé quien es
           el que sujeta aquella maldita arma, o sea que espero; y el tiempo se me hace infinito...