Cambios

Cambios

Un problema tras otro, ese era mi día a día. Problemas en casa, problemas en la calle y problemas en el instituto. Adolescencia y rebeldía lo llamaban, pero a mí me sonaba más a que no encajaba en aquel lugar. Quería salir de ahí, ver mundo y conocer gente nueva. Un año, un año y podría realizar todas aquellas cosas que me quitaban el sueño por las noches. Y ese año llegó después de tanta espera y créeme, la espera valió la pena. La espera fue recompensada con una beca a una universidad en Estados Unidos. Y hacia allí me dirigí, sin pensarlo dos veces.

Pero claro, la soledad pega fuerte. Cambio de aires y también cambio de ambiente. No es tan fácil como parece, pero resultaba claro que podía analizar la situación desde diferentes puntos de vista, no solo el mío. Mis padres, la independencia es dura, tus padres están solo al otro lado del teléfono y no al otro lado del sofá. Amigos, la distancia es dura. Los amigos de verdad se mantienen mientras que los otros se marchan sin dejar rastro. Cultura y costumbres, cuesta acostumbrarse y creo que es lo más duro de cambiar tu vida de sitio, de gente y de ambiente. Pero gracias a esto consigues ver tu vida con perspectivas de la vida diferentes. Tienes que salir de tu zona de confort, abrir tu mente y adentrarte en un mundo nuevo llenos de cosas buenas y no tan buenas.

Aun así, el cambio puede darse de dos formas diferentes y simples: bien o mal. Y bueno, uno lo que siempre espera es que vaya bien pero también puede darse el caso que no te termine de gustar el cambio o que termines echando en falta aquel sitio, que por mucho que no encajes, era tu casa y no puedes alejarte de ella. Todo cambio siempre es bueno en esta vida, mientras sea positivo para ti, explora y móntate una aventura. Pero después de todo, tu hogar es tu hogar y por mucho que lo evites, una y otra vez, siempre intentarás volver ahí, donde tu corazón reside.