domingo, 4 de diciembre de 2016

Redacción repetida:

Soy Nadim, tengo 11 años y soy un refugiado en el campo de Calais. Estoy ahí con mi padre y mi hermano pequeño. He vivido una vida dura desde que teníamos que escapar de la Guerra actual en Siria. Hize Hice un viaje arriesgado por el mar en una patera, con aproximadamente unas catorce personas. Era evidente que no cabíamos todos, pero a los que organizaban estos viajes peligrosos les daba igual nuestra seguridad. Sólo les interesaba el dinero que pagábamos por cruzar el mar.

Era un recorrido largo y duro, pero consiguemos conseguimos llegar a Grecia antes de que los policías nos podían ver. Llegamos mi hermano, mi padre y yo, sanos y salvos, pero otras familias perdieron miembros. Me acuerdo de ver un adolescente que parecía tener unos 16 años caerse del barco. Todos intentaron cogerle para que estuviese a salvo pero nadie lo consiguió. Las tormentas eran muy fuertes y no podíamos ver nada.

Caminamos kilómetros y kilómetros en grupos de numerosas personas y familias con niños de hasta 3 años. Era un riesgo enorme pero teníamos mucha esperanza de que tendríamos una vida mejor en Europa.

Muchos querían ir al Reino Unido, y decidieron pasar por Francia, y otros querían llegar a Alemania o quedarse en Francia. No se sabía cuál sería el mejor lugar en el que estar, pero de todas formas todos estaban decididos. ‘Resultaba claro que se podía analizar la situación desde diferentes puntos de vista’.

Mi padre decidió que nuestro punto final sería el Reino Unido. Tenía ya pensado lo que haría en todas situaciones, buenas y malas. Mi padre es un hombre muy organizado y no puede ir a ningún lugar sin organizar las cosas previamente.
Llegamos contentísimos a Calais, Francia, ya que lo único que nos faltaba hacer para llegar al Reino Unido era montarnos en un camión sin que el conductor se enterase y estaríamos en el Reino Unido. Claro, no era tan fácil conseguirlo, pero dado todo el recorrido que habíamos hecho, era un logro llegar hasta allí.

Esperamos hasta la noche, para que nadie nos viese. Vimos un camión acercarse a lo lejos y decidimos que esta era nuestra oportunidad. Corrimos detrás del camión y justo cuando íbamos a montarnos, un hombre agarró a mi padre fuertemente por el brazo. Era un policía. Nos había estado observando largo rato, sabiendo que íbamos a intentar montarnos en uno de los camiones. Esto era el fin. Nos llevaron al campamento más cercano y nuestro próximo destino no iba a ser el Reino Unido que deseábamos, sino que el sur de Francia, lejos del Reino Unido.

1 comentario:

  1. Me ha gustado el tema y la forma de tratarlo. Tienes que corregir algunos problemas ortográficos.

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