Me resultaba claro que podía analizar la situación desde
distintos puntos de vista. Era difícil de decidir qué hacer. Yo soy el dueño de
una tienda, no es muy grande ni muy bonitoa pero estaba orgulloso de ello de
todas formas.
Me llamo Sadik y vivo en la ciudad de Chicago. Originalmente
soy de Irán pero mis padres inemigraron a los Estados Unidos cuando tenía menos
de cinco años. De pequeño ayudaba a mi padre en la tienda y aprendí todo lo que
tenía que saber sobre ello. Cuando fallecieron mis padres cogí el cargo de la
tienda.
Han pasado cinco años desde mi primer día como encargado
pero no había estado en una situación como en el la que estaba. Chicago es una
ciudad llenoa de crímenes y nunca te sorprende cuando alguien te intenta robar
algo, en especial donde estaba localizada mi tienda que no era una zona muy
amigable que digamos. Esta situación era una que ya había manejado a la que me había enfrentado muchas veces
pero esta vez era un poco distinto.
Había entrado una mujer corriendo y había cogido toda la comida
que podía y en una bolsa, tan rápidamente que casi no quedaba comida en la fila la estantería e intentó salir corriendo. Mientras salía corría pude detenerla cogiéndola del brazo.
La mujer se callyó y la bolsa se fue volando a unos tres metros de donde estábamos.
Me miró con una cara de pánico y de desesperación e intentó escapar, pero la
estaba aguantando agarrando demasiado fuerte para que pudiera escapar. Al mirarla con más
tranquilidad me di cuenta de que esta mujer era una vagabunda que siempre pedía
dinero al final de la calle. A esta en concreto le daba siempre un dólar cada
vez que venía y volvía del al trabajo. Me sentía traicionado por esto y sentía que
si tenia hambre era porque estaba malgastando el dinero y no por falta de
recursos.
Justo cuando iba a coger mi móvil para llamar a la policía
me dijo rápidamente “Por favor es para mis dos hijos” Con esto me detuve,
empezecé a dudar. Si realmente tuviera hijos los habría visto por aquí en algún momento.
Pero claro los podría tener ocultados en algún lado para que no se los lleven llevasen. Entonces
pensé en mis padres, y lo que habían sacrificado para que yo pudiera tener una
vida más digna.
La solté del brazo la miré fijamente en a los ojos y dije “No te quiero ver por aquí nunca jamás” La mujer me
miró y me señaló indicó con la cabeza que entendió había entendido lo que dije. Se levanto y justo
cuando iba a salir corriendo le dije “llévate la comida también, anda, que ya
está toda estropeada” Salió corriendo, recogió la bolsa y desapareció entre las
sombras.
Al día siguiente, dia cuando iba a
la tienda no vi a la mujer en la esquina en donde siempre se sentaba. Hasta la
otra gente que pasaban parecían darse cuenta de esta ausencia.
Yo nunca había tenido hijos así que me alegraba que le había dejado irse reconfortaba mi decisión de haberla dejado irse. Como no tenía familiares era una cosa
rara que pudiera mejorar la vida de alguien como mis padres me la mejoraron a
mi.
Resulta incoherente que a la mujer que dejas irse y a la que tratas con desprecio diciendo cosas como que cogiera la comida porque estaba estropeada, te hiciera sentir mejor porque le habías mejorado la vida. La redacción está llena de errores ortográficos y de expresión. Revísalos.
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