jueves, 30 de octubre de 2014

Reddación Castellano Andrew Hutchison 4 ESO A

  Entre los escasos momentos de placer, y los largos ratos sufriendo los efectos secundarios de, la sustancia maligna, la única frase que giraba en torno a mí eran las siguientes, 'Entonces no comprendí hasta que punto aquello afectaría a mi vida y a mi visión del mundo'. Estas palabras revoloteaban alrededor de mi mente como una pluma en un huracán, y en estos instantes terribles en los que estaba momentáneamente consciente de mi situación, y también consciente de los acontecimientos que pasaron hacía solo tres años, solo los recuerdos me hacían llorar, pero no podía llorar. No tenía suficiente agua en mi cuerpo para eso, la sustancia maligna se había ocupado de eso.
Lo recordaba todo como si hubiese pasado ayer. Hace ya tres años, un bonito día de verano, un chico, imposible de conectar con el desastre que era ahora, capitán del equipo de rugby y con media de ocho en casi todas mis asignaturas, se encontró con una chica. Ya ni recuerdo su nombre, pero si lo supiese, sería el objetivo de mi rabia. Aquel día fue cuando la pequeña burbuja de mi vida empezó a fragmentarse, y al explotar dejaría tras si solo dolor y daño. La chica era muy atractiva y me sedujo.
Pronto me encontré rodeado más y más por gente con la que no debería estar y cada vez más y más alejado de mi familia y mis amigos de verdad. Amigos de verdad. Otro termino insignificante para mí. En el momento no sabía y no entendía lo que estaba pasando, Pero me sentía bien. Me sentía popular. Era el chico que sacaba buenas notas, era el capitán de mi deporte y además iba a todas las fiestas y me lo pasaba genial pero era arriesgado, demasiado arriesgado.
La droga me arrancó la vida. Todo lo que quería, lo que deseaba y mi futuro desvanecido en una nube venenosa. Mis medias bajaron, mi eficiencia deportiva, efecto de años de entrenamiento tirados a la basura.
Empeoré aún más. Mi salud física dejaba mucho que desear. Los efectos de la droga eran devastadores.
Un frio increíble empieza a llenar mi cuerpo y lo necesito, lo necesito tanto pero mañana pararé, lo prometo. Mañana pararé. Y entonces olvidé hasta que punto aquella sustancia había afectado a mi vida y mi visión del mundo. Y el ciclo volvió a empezar...

1 comentario:

  1. La historia es interesante pero hay cierta tosquedad expresiva que a veces hace que pierdas la coherencia en el texto. Revisa la ortografía y contrasta con el original.

    ResponderEliminar

Gracias por participar en esta página.