Lo recordaba todo como si hubiese pasado ayer. Hace ya tres años, un bonito día de verano, un chico, imposible de conectar con el desastre que era ahora, capitán del equipo de rugby y con media de ocho en casi todas mis asignaturas, se encontró con una chica. Ya ni recuerdo su nombre, pero si lo supiese, sería el objetivo de mi rabia. Aquel día fue cuando la pequeña burbuja de mi vida empezó a fragmentarse, y al explotar dejaría tras si solo dolor y daño. La chica era muy atractiva y me sedujo.
Pronto me encontré rodeado más y más
La droga me arrancó la vida. Todo lo que quería, lo que deseaba y mi futuro desvanecido en una nube venenosa. Mis medias bajaron, mi eficiencia deportiva, efecto de años de entrenamiento tirados a la basura.
Empeoré aún más. Mi salud física dejaba mucho que desear. Los efectos de la droga eran devastadores.
Un frio increíble empieza a llenar mi cuerpo y lo necesito, lo necesito tanto pero mañana pararé, lo prometo. Mañana pararé. Y entonces olvidé hasta que punto aquella sustancia había afectado a mi vida y a mi visión del mundo. Y el ciclo volvió a empezar...
La historia es interesante pero hay cierta tosquedad expresiva que a veces hace que pierdas la coherencia en el texto. Revisa la ortografía y contrasta con el original.
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