sábado, 25 de octubre de 2014

Kattya Vanessa Freire Gavilanes              4 ESO A    

                                   Un Cambio Inesperado

Todo ocurrió esa noche del 31 de octubre, pero antes de contaros lo que sucedió esa noche  me gustaría empezar por el principio. Yo no tenía muchos amigos excepto Carolina, ella y yo nos conocíamos desde nuestra infancia y habíamos sido mejores amigas desde entonces. Tampoco éramos muy populares pero no era algo que queríamos ser. Éramos las típicas amigas que estudiaban juntas, iban a casa juntas y veían pelis mientras comían pizza. Nuestras vidas eran muy normales, no había nada que destacase en ellas, pero todo cambio esa noche...

Era un día de colegio mientras volvíamos del colegio a casa, Carolina me pidió que le ayudase a buscar algo en el bosque. Yo acepté ya que no tenía mucho que hacer por la tarde y era mi mejor amiga. Cuando nos reunimos en el bosque para que me contase qué es lo que estaba buscando. Me explico que ella había oído rumores en el colegio sobre un cuerpo que se hallaba en el bosque de una chica desaparecida. No me entusiasmaba mucho la idea de ir en busca en medio de la noche de un posible cadáverpero ya que ella no tenía a nadie más que le pudiese acompañar en esta búsqueda o investigación de crímenes, me uní. Eran las 12 de noche y en el cielo se podía notar la presencia de una luna llena, la oscuridad iba cubriendo todo el bosque, podía oír desde lejos los aullidos de los lobos. Nos habíamos separado para poder cubrir más terreno, saqué el móvil de mi bolsillo para avisarle a mi madre de que llegaría tarde a casa pero como era de esperarse no me contestaba,seguramente se habría quedado dormida. Cuando metí el móvil en el bolsillo note una luz brillando desde detrás de un árbol, me acerque hacia ella para ver de dónde procedía y qué hacia ahí. Mientras caminaba noté que la luz se había separado en dos, eran como dos ojos y la luz era azul, de repente mientras apartaba el arbusto que estaba bloqueando la luz salió un animal y me derribó. Caí inconsciente en el suelo, lo último que pude ver fueron sus dos ojos azules. Había perdido todos mis sentidos, estaba en un profundo sueño del que no podía escapar, todo era negro sentía mucho frío, cuando perdí la esperanza de la posibilidad de despertarme oía una voz llamándome, gritando mi nombre. Di un último suspiro y recupere mis sentidos, ahí estaba Carolina llorando desesperadamente pensando que yo había muerto y que podría haber sido todo su culpa. Le pregunté que por cuánto tiempo había estado inconsciente ella limpiándose las lágrimas de sus ojos me contestó:
- Han pasado cinco horas desde que perdiste la consciencia, tu corazón había parado de latir y no estabas respirando. ¿Qué te pasó?
- La verdad es que no me acuerdo de nada por más que lo intento no puedo. Lo único fue esos dos ojos de color azul creo que eran de un lobo.
- Es imposible los lobos ya no viven en esta ciudad, desde hace más de 75 años no habido ningún lobo por este área ¿estás segura que no estabas soñando? 
- Ahora mismo no sé qué pensar, lo único que sé es que quiero volver a casa. Mi madre debe de estar muy preocupada por mi.
- Tienes razón es mejor dejar esta búsqueda para otro día.

Estaba muy confusa con lo que acababa de suceder. Subí hacia mi habitación y cuando me mire en el espejo vi una marca en el lado de mi estómago algo similar a un mordisco,  salía sangre de esa herida pero no me dolía. Pensé que era mejor dejarlo y ver qué es lo que pasaría. Entonces no comprendí hasta que punto aquello afectaría a mi vida y a mi visión del mundo. Al siguiente día al llegar a clases Carolina me preguntó si me encontraba bien y al enseñarle el mordisco que tenía en el estómago noté que mientras me levantaba la camiseta vi como el mordisco había desaparecido y no había ningún rastro, huella o marca de lo que había estado ahí. Carolina pensaba que estaba alucinando en ese momento pero yo sabía lo que había visto, me resultaba extraño que algo tan grande hubiera desaparecido así en la nada. Intenté no pensar en ello y concentrarme en mi vida y seguir adelante con ella pero no podía porque cada vez que intentaba olvidarme de lo sucedido los recuerdos de esa noche volvían hacia mi mente

Había pasado un mes desde esa noche y la verdad es que todavía me acordaba de ella como si hubiese ocurrido ayer, pero tenía que despejar mi mente para ese fin de semana. Muchos exámenes se acercaban para el final del trimestre, le pedí a Carolina que viniese a pasar el fin de semana en mi casa para estudiar. Había algo que le estaba ocultando a ella y al resto del mundo, pero porque sabía que ellos no me creerían ni tampoco quería darle mucha importancia. Mis sentidos del olfato, vista, oído habían mejorado, era mucho mas rápida y fuerte, podría ser que me lo estuviese imaginando pero podía oír conversaciones lejanas y sonidos como los de la sirena o un lápiz cayéndose al suelo mucho más alto que antes. Igualmente intente concentrarme en los estudios para este fin de semana y no iba dejar que nada me lo impidiese. Cuando llegó la noche salí sin darme cuenta a dar un paseo por el bosque, mi subconsciencia me llevaba hacia allí mi cuerpo no me respondía hacia mis deseos. Y cuando la luna llena llegó fue cuando me transformé en lo inesperado, en lo inimaginable, en lo que todo el mundo pensaba que era un mito y no existía, en lo que ningún otro ser humana podía, en lo sobrenatural, un lobo.

1 comentario:

  1. Las historias de licántropos siempre son emocionantes. Tienes problemas con las relaciones que establecen los verbos en el texto y mezclas tiempos. Utiliza con más frecuencia el punto y seguido para ordenar las frases.

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