martes, 14 de octubre de 2014

LA TRISTE REALIDAD DE ANA

Hoy me han dicho que ya puedo ir a casa. ElUn hombre y la una mujer me vienen a buscar. Se me hace extraño ir a un lugar nuevo. Ahora que ya me sabía el nombre de todos. Me han quitado las vendas y me he mirado de nuevo al espejo. La enfermera dice que soy una chica muy bonita, tengo los ojos de color castaño, la nariz estrecha y la cabeza rapada. La imagen que hay en el espejo es de una desconocida. He pensado que quizás me hayan mentido, que mi nombre no es Ana y que esta mujer y este hombre no son mis padres. Pero si no soy Ana, ¿quién soy entonces?
Pasados unos días, me fui dando cuenta de que necesitaba respuestas a muchas preguntas. ¿Quién soy? ¿Qué me paso? ¿Qué hago aquí? ¿Quiénes son ellos?
Por suerte, tuve la oportunidad de saber más o menos las respuestas de esas preguntas. Me lo explicaron aquel hombre y la mujer, que ellos se llaman Juan y María. Una de las cosas que me respondieron fue que ellos no son mis padres, solo son dos jóvenes que me han acogido. También me han explicado que mis verdaderos padres, están en prisión. No me quisieron dar más información, ni tan solo mi verdadero apellido, solo me han afirmado dijeron que me llamo Ana y me recomendaron no saber nada más de mi familia, ni mi pasado. Intenté no preocuparme por mi pasado ya que son hechos pasados y muertos, pero no pude contenerme las ganas de saberlo, y decidí recurrir a mi enfermera que ella me ayudo a descifrar mis incógnitas.
El caso es el siguiente: mis padres, si se les puede llamar así, me tuvieron solo por equivocación, intentaron abortar pero la ley en aquellos tiempos no lo permitía. En conclusión, el nuevo ser que nacía, es decir, yo, no me querían era deseado ni querido. Ya nacida con unos cuantos meses, mi madre se volvió adicta a las drogas, y mi padre también decidió seguir el mismo camino y yo por aquel entonces solo era un bebe de pocos meses. Además, decidieron librarse de mí, para estar más tranquilos y sin responsabilidad alguna. La única forma que se les ocurrió fue matarme. De hecho lo intentaron, pero el plan no les salió como ellos lo planeaban. Yo me quedé en coma y no desperté hasta los 13 años (demasiado tiempo) y ellos fueron pillados detenidos por la policía y encarcelados por intento de asesinato.
Entonces comprendí hasta qué punto aquello afectaría a mi vida y a mi visión del mundo.
Pero con el tiempo se reflexiona y te vas quedando con las experiencias más bonitas. Ahora me encuentro mejor, tengo una familia de verdad, que sí me quiere, que me cuida y se preocupan por mí.

Puede que no pueda presumir de haber tenido una bonita y feliz infancia pero sí puedo presumir y estar orgullosa de haber encontrado a una familia, en otras palabras, la felicidad.

1 comentario:

  1. Lo mejor de la redacción son los dos primeros párrafos. A partir de ahí el interés decrece porque no se mantiene el mismo tono. Mira las faltas de ortografía que te he corregido.

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