Lágrimas (carta a la vida)
Él iba dando vueltas por la nueva
casa sin saber bien lo que buscar o lo que hacer. Subió a ver esas antiguas y
rústicas habitaciones de las que tanto había oído hablar. Empezó a revolver por
los baúles cuando de entre el polvo y los trastos sacó una vieja carta que
decía:
"Querida mía, simplemente
quería darte las gracias. Las gracias por todo lo que me has enseñado y por
todo lo que has sacado de mí. Desde mi primer respiro hasta el último suspiro,
todas y cada una de las mañanas y tardes y noches que has pasado a mi lado,
todas mis sonrisas, todas mis miradas, todo yo. Nunca he podido dejar de
quererte, incluso cuando he intentado no hacerlo; has hecho de mi alguien
grande. Has convertido mis días grises en días soleados, mis días aburridos en
aventuras intrépidas; has convertido mis sentimientos en palabras y mis lágrimas
en fortalezas. Todo lo que me has enseñado me ha servido, desde el pequeño
detalle hasta el gran momento; me has ayudado a escribir mi historia y a
terminarla, a poner punto y pasar página, a leer capítulos sin noción del
tiempo y a frenarme lentamente hasta parar. Y son tantas las veces que me ha
acompañado el silencio mientras por dentro deseaba ansiosamente hablarte,
tantas que creo que no lo echaré de menos. Y a aquél que me dijo que en el
mundo hay mucha gente pero pocas personas... ¡a aquél le debo mil tesoros!; lo
más grande que he tenido son ellos, mi familia y mis amigos, mis estrellas que
no brillan por fuera pero sí por dentro. Ellos me han ayudado a retomar mi
rumbo y a tener a quien querer en este
mundo, a mirar al miedo de frente y no
dejar que el dolor me oprima, a admirar la valentía y a odiar la cobardía. Si
pudiera yo darte algo a cambio... Me has hecho creer que los sueños sí se
pueden hacer realidad, que siempre va a quedar algo de esperanza e ilusión en
uno mismo, que nuestras sombras son el falso reflejo de lo que somos: nosotros tan
resplandecientes y ellas tan oscuras y esquivas. E incluso en mis peores momentos has estado
allí, melancólica y dolida, marcando cicatrices y dejando huellas. Has estado
cuando me he sentido solo y desesperado, nostálgico y odiado, derrotado por mi
propia incertidumbre; has estado presente con todas mis amadas pero siempre por
encima de ellas; has estado cuando la envidia y el egoísmo han superado a mi
fe. ¿Pero sabes qué? No me arrepiento de nada. Por ti me he dado cuenta de que
pensamos demasiado y sentimos muy poco, que a veces duelen más las palabras que
los golpes; por ti he aprendido que el dinero no paga la felicidad y la alegría
aunque lo intente, que el odio y el amor se apoderan de nosotros sin dar
explicación y que el placer y la pasión son pasajeros. No quiero despedirme de
ti, tengo tantas cosas que contarte que hasta me faltan las palabras. Me siento
afortunado de que me hayas dedicado todo este tiempo y me hayas hecho sentir
único en este mundo; me siento orgulloso de haber por fin encontrado mi camino
en ti después de perderme tantas veces, de haber luchado por un futuro y haber
conseguido mi principal objetivo: el no perderte. No puedo cumplir mi promesa
puesto ya no doy más de sí y estas son
las últimas palabras que diré antes de volverte a ver quién sabe cuándo ni
dónde. Mi lúcida y bella Vida, gracias
por siempre haberme hecho ver el brillo entre mis escombros, por haberme hecho
libre de mi mismo y gracias por haber estado siempre a mi lado a lo largo del
camino. Espero que la distancia no se interponga entre nosotros, pero por
muy duro que sea y me mate, sé que lo superaré porque te juro,
te juro que nunca jamás me voy a olvidar de ti.
Mi amada, mi querida, mi todo, mi Vida, gracias por haberme hecho llorar
riendo y reír llorando.
Atentamente: Yo"
El chico dejó caer la carta
arrugada sobre el mismo baúl. Un cúmulo de emociones y pensamientos le
invadieron dejando su cara petrificada y sorprendida. Y fue entonces cuando no pudo comprender
hasta que punto aquello afectaría a su vida y a su visión del mundo.
Muy bien. La redacción es perfecta, el vocabulario amplio y preciso y la emoción se mantiene hasta el final. No hay errores ortográficos salvo un pequeño despiste. Sobresaliente.
ResponderEliminar