domingo, 23 de noviembre de 2014

ANGEL  WITH A SHOTGUN-C.A.B
-Gabriel una paloma mensajera ha (falta grave) llegado del otro lado de la frontera.- miré hacia atrás para observar al que consideraba mi único amigo desde que llegué.- Tiene su nombre.
Me puse en pie y las grandes alas blancas con destellos azules que cargaba en mi espalda acariciaron el suelo en el camino hasta la puerta donde esperaba la carta. La tomé y me volví a sentar en el mullido suelo. Entonces no comprendi hasta que punto aquello afectaria a mi vida y a mi vision del mundo.
-Gracias.-Me quedé solo en esa extraña estancia, que se había tenido que acostumbrar a llamar hogar.
Hacía tiempo que no sabía del mundo humano por culpa del nido de demonios, que creaba una barrera por la que se puede entrar, pero no salir,   "Las puertas del cielo" o así lo llaman.
-Tchs... Puertas del cielo... tan solo me separan de ti… ¿quién me mandaría morir tan joven?
A muy temprana edad me habían mandado a la guerra por mi habilidad con las espadas. Pero un simple humano no puede contra un ejército.
Abrió la carta sellada por el simbolo de la mujer, quién podría haber llegado a ser una buena esposa y madre de mis hijos. En ella la joven Evangeline rogaba al cielo que me devolviera a su regazo, para poder abrazarme, que aunque solo fuese un día se conformaría. Y esa plegaria decidí que sería la última, me vestí y cogí mi espada de interior negro y  hoja de diamante, una hoja tan afilada que podria cortar un demonio por la mitad con solo un leve giro de muñeca. Corrí hacia la puerta y salté al vacío cayendo en picado y justo antes de entrar al la barrera extendí las alas irradiando luz en mi frenada. Miré lo que iba a ser mi lucha.
-¡Gabriel! ¡no!- me gritó una voz acelerada y asustada, miré hacia atrás sabiendo quien era, mi único contacto con el exterior aqui.
-Lucian, voy a ir.
-Quédate, por favor, por mi, por seguir vivo, no te alejes de mi lado.- comenzó a llorar, estaba derrumbado ante mis pies, desde donde me situaba podía verle temblando con sus pequeñas alas encogidas..- No te vayas...- susurró entre sollozos.
-Yo... quiero vivir no sólo sobrevivir.- me arrodillé y le cogí la cara para poder verle una vez más.
-No lo hagas...Dicen que: "antes de ir a la guerra debes saber porque peleas" ¿Realmente te merece la pena?- el podría tener también un aspecto joven pero solía hablar como un hombre ya experimentado.
-No ves que ella es lo único que tengo.
- No vas a volver, no te dejaran, y aunque lo hagan no duraras más de un día en el mundo humano, desaparecerás, Gabriel.- Sus ojos brillaban empapados por las lágrimas, apretó la mano que había posicionado en su cara y negó, sus pupilas se habían encogido y el color dorado de sus ojos pedían compasión.
-Lucian, me da igual no poder volver a entrar, si el amor es una batalla entonces debo morir.
-Entonces voy contigo, me desharé de mi fé con tal de protegerte , si amor es lo que necesitas, tu soldado seré .- se levantó y vi arrodillado en el suelo su mano refulgir rodeada de diminutos rayos a juego con sus ojos.
-Gracias, nunca entendere por-qué haces tanto por mi.
- Потому что я люблю тебя
- No entiendo nada.
- Ni falta que hace.-Tomé aire y me coloqué a su lado.-¿Preparado?.-Necesité un momento para ver y escuchar a todos esos demonios agonizando dentro de aquel aura negra que detenía gran parte de la luz antes de responderle.
-Si.-levante la espada posicionándose detrás de mi antebrazo, siempre he tenido un forma peculiar de coger las espadas.
Me volvi a lanzar en picado pero esta vez al interior de ese monstruo negro que me separaba de la libertad, el olor a ceniza y a hollín me inundó los pulmones haciendo que quisiera vomitar, nuestros primeros enemigos llegaron desde abajo una banda de aves negras con picos infectados de dientes ¿?, blandí la espada hacia ellos y fui a atravesarlos. Una de las dos filas fue atravesada y desintegrada por mi espada, las otras dos restantes las las destruyó con un simple relámpago, al  parecer a los demonios no les sienta muy bien la luz y siendo así las cosas él será un imprescindible aliado.
-Sigamos adelante, con deshacerse de los demonios del camino es suficiente, si nos desviamos tardaremos meses.- tan solo asentí y seguí andando en la delantera.
"No vas a morir por mi culpa Lucian...Te voy a proteger" caminé con más precisión en ese viscoso suelo negro con destellos rojos, después de varias horas volvimos a tener compañia Lucian habia vuelto a serme de gran ayuda, así seguimos durantes días o eso creo que fueron, aquí ni sale ni se pone el sol, llegamos a la salida se veía ya una puerta por la que todos de pasamos antes de llegar al cielo aunque en sentido inverso es bastante más doloroso y complicado.
-Buena Medianoche señores.- Un tipo bastante apuesto con traje negro y corbata roja apareció patinado hacia atrás sobre sus zapatos por el viscoso y pegajoso suelo como si nada. Estábamos todos dentro del halo de luz que emitía la puerta."nunca habría imaginado que habría más ángeles aquí".- Que iluso no soy un angel.- dio un latigazo al aire con una cola terminada en flecha que habia escondido detrás de su espalda, la cogió y se la acercó a la boca antes de guiñarle el ojo a Lucian.-¿No ves que soy un demonio?- Sonrió y dejo ver todos sus dientes afilados como cuchillas.- dientes afilados, cola terminada en punta, ojos con el color de la sangre y pelo tan negro como hollín que habeis estado tragando estos días.-Parecía reírse de nosotros.- Sabéis para que estoy aquí, ¿no?- se acercó a mi oreja y empezó a susurrar.- unos pasan, otros no, tú pasas...- note su aliento aun mas cerca, me quede helado, entonces mordió fuerte y noté cómo unas lineas de fuego me recorrían el cuerpo, la oreja me quemaba, fui a tocarla instintivamente, ese trozo infectado se desintegró. Luego miró a Lucian preso del pánico- ¡Tu no!- estiró su mano y un cuchillo apareció entre unas sombras negras que fueron desapareciendo en cuestión de segundos.- ¿Preparado? 3,2,1... Ya.- salto hacia mi único amigo mientras que el preparaba una carga de rayos en su mano,se  la lanzó al estomago del demonio pero el la sorteo y con las mismas le clavó el cuchillo por la espalda atravesandole el corazón, dio una vuelta en el aire impulsandose con ayuda del mango clavado y cayó grácilmente sobre el suelo, se sacudió el traje y me miró.- una lastima lo de tu amigo era muy guapo, te quería, demasiado incluso, preo ya sabes vive joven muere joven. Yo de ti iría a por esa amada tuya que te espera entre los humanos antes de que el veneno te desintegre por completo.- Estaba paralizado no sabía si llorar y abrazarme a Lucian o correr y ver a la persona por quien hice este camino.-¡Corre!- me dijo con voz fantasmógorica y abriendo mucho los ojos. Le hice caso y salí por la puerta.
-Menudo idiota en cuanto le toque el sol mundano se desintegrara...-"todavía me queda sangre en los dedos" me chupe los dedos mientras volvía entre mi gente para seguir atormentándolos, sus gritos de terror me daban la vida, me saciaban, me divertían sencillamente me llenaban. Respire hondo este hedor tan hogareño antes de sentarme en el trono hecho (falta muy grave)de la sangre roja y viscosa que cubría el suelo y con un chasquido empecé a poner a mis demonios a trabajar."Me gusta mi trabajo"

1 comentario:

  1. Es un relato muy imaginativo y escrito con soltura. Ten cuidado con las faltas de ortografía que, a veces, son muy graves.

    ResponderEliminar

Gracias por participar en esta página.